De los chamos que vivían conmigo me faltaba por describir a Marcos. Este chamo tenía 22 era el mayor que vivía en nuestra casa. Era moreno, muy alto (creo que 1,95 o mas) , ni gordo ni flaco, fuerte, tenía manos y dedos muy grandes ( le encantaba meterme uno o mas dedos en el culo ), su guevo era muy grueso y doblado hacia abajo.
Era un chamo muy bueno de carácter y buen amigo. Le encantaba beber. En cuanto al sexo con él era excelente. Le encantaba mamarme el culo y cojerme. Normalmente me cojía muy suavemente y lentamente. Pero cuando estaba bebido, era mas violento. Ea el único que cada vez que me cojía me hacía acabar y llegar a un orgasmo increíble sin tocarme. Solo con meter su guevo en mi culo, yo comenzaba con el orgasmo. Creo que era debido a su pene curveado hacia abajo que al meterlo tocaba y golpeaba mi próstata.
Casi siempre me cojía al mediodía con mucho toqueteo y cariño, pero cuando llegaba bebido se metía en mi cama, escupía mi culo y me lo metía sin contemplación. Efra, que era mi compañero de cuarto, ya estaba acostumbrado a las visitas de los muchachos a mi cama. A veces no le paraba y seguía durmiendo, otras se masturbaba desde su cama mientras miraba, y otras, se levantaba y participaba.
Las cojidas de Marcos eran espectaculares. El llegaba y comenzaba a mamarme el culo, a veces yo en cuatro, y otras, en 69; el metía su guevo en mi boca, con sus manos apartaba mis bolas, y comenzaba a chupar mi culo. Al rato, se acomodaba, yo me acostaba boca abajo, y el me lo metía lentamente, pasaba su brazo por mi cuello como si quisiera ahorcarme, comenzaba a morder mi nuca y orejas y allí comenzaba a bombear lentamente. Yo por supuesto, al minuto comenzaba con mis orgasmos y a eyacular sin tocarme. Luego de 15 o 20 min. aceleraba su ritmo y comenzaba una cojida brutal hasta vaciarse en mi culo.
A veces llegaba acompañado por Carlos o Luis y me cojían entre los dos, generalmente, Efra también se integraba....A veces se juntaban los 5 para cojerme, pero nunca fue tan violento como la primera vez.
El mas violento a la hora de cojer, siempre fue Luis, el negro del guevo largo y puntiagudo. El sólo me usaba para sacar su calentura. Carlos siempre le gustaba apretar y halar mis bolas mientras me cojía.
Esos años fueron los años donde mas puta me sentí. Era la puta de 5 chamos adolescentes, sin contar los 3 vecinos que se la pasaban en la casa. Cada uno me echaba un polvo mínimo una vez por día.
Mi culo estaba permanentemente abierto, y mi boca debe haber olido a guevo y a leche........
La experiencia con los 3 vecinos la dejo para otro relato...... |
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